«Manías» que pueden romper tu coche

Todos los conductores acabamos adquiriendo manías que, a la larga y sin darnos cuenta, pueden terminar por romper nuestro coche. Hoy, desde Grúas Bretones, te queremos hacer referencia a alguna de ellas.

Cambiar de marcha a bajas revoluciones

Es cierto que así se reduce el consumo de combustible pero lo cierto es que se fuerza el motor. Si nuestro coche es diésel podemos reducir la vida de la válvula EGR por la acumulación de carbón y, si se gasolina, se puede dañar el catalizardor.

Parar el motor al llegar al destino

Si, después de un viaje largo, quitamos la llave nada más llegar, el aceite que mantiene el circuito tendrá la tendencia a carbonizar y acabará provocando averías. Lo correcto sería mantener el coche en ralentí durante un par de minutos.

No soltar la palanca de cambios

No es una exageración. Si dejas la mano descansando sobre la palanca, ejerces presión sobre los mecanismos internos de la transmisión y desgastas los sincronizadores y rodamientos, lo que se convertirá en vibraciones y engranajes de marchas más imprecisos.

Abusar de los frenos

Nos estamos refiriendo a aquellos vehículos que durante una pendiente pronunciada llevan constantemente la luz de freno encendida, olvidando que existe el freno de motor. Eso conlleva un mayor desgaste en los discos, pastillas y líquidos de freno.

Apurar demasiado el depósito de combustible

En el depósito se acumulan las impurezas de los combustibles que, en caso de llegar a la reserva, son absorbidos por el sistema de alimentación y obstruyen los inyectores.

No frenar en los neumáticos

De este modo lo único que conseguirás será cargarte los neumáticos, las llantas o la suspensión.

Si, por alguno de estos motivos o por otros sufres alguna avería, no dudes en contar con los mejores profesionales. Nosotros contamos con personal, no dudes en contactarnos.

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