Apurar el depósito de combustible es uno de los errores más comunes al volante y, de manera reiterada, puede ocasionar costosas averías pero, ¿qué ocurre exactamente al apurarlo?
En primer lugar, esto afectaría directamente a la refrigeración de la bomba de combustible, aumentando así las posibilidades de avería, ya que dicha refrigeración se realizaría mediante la gasolina que la bomba está teniendo problemas para absorber con normalidad, pudiendo formarse burbujas de aire. Además, este esfuerzo extra por parte de la bomba repercutirá en la vida útil de la misma.
En segundo lugar, la bomba absorbe aquellos sedimentos que haya ido generando con el tiempo, pudiendo obstruir la propia bomba, el filtro o los inyectores. Podría darse la posibilidad también de que los tres elementos quedaran afectados.
No es necesario recordar lo que, económicamente, pudiera suponer cualquiera de estas averías teniendo en cuenta, además, la mano de obra. Dependiendo del coche podríamos estar hablando de facturas de hasta cuatro cifras.
Evitar este error es algo que está completamente en nuestras manos. Debemos acostumbrarnos a recargar el depósito antes de estar por debajo del cuarto en vez de esperar a la luz de reserva. Si estamos viajando, recomendamos planificar el repostaje haciéndolo coincidir con los descansos oportunos.
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